Una vez agotadas las fórmulas del cine negro de acción, que tanto explotaron los John Woo, Ringo Lam y compañía, aparece en el panorama hongkonés un director que – aún habiéndose formado en lo que los críticos han denominado la edad dorada del cine de la excolonia (sinónimo del heroic bloodshed o derramamiento de sangre heroico)- consiguió tambalear con sus propuestas y con sus ejercicios irónicos, basados en la experimentación, el cine dominante de los años ochenta.
Johnnie To es una de las grandes y más agudas miradas de la cinematografía hongkonesa actual. Sus películas muestran una combinación perfecta entre el cine comercial y el cine de autor, y en sus reflexiones se descubre la intencionalidad de ir más allá.
Con A Hero never dies comenzó un camino que le ha convertido en uno de los adalides de la redefinición del cine negro de la excolonia.
Con A Hero never dies Johnnie To comienza a experimentar su estilo venidero. Un interesante ejercicio de ironía que le sirve para diseccionar a los arquetípicos personajes del heroic bloodshed (sirva como ejemplo la mítica película de John Woo A better tomorrow ) y transformarlos ahora en héroes más reales y humanos gracias a un reflexivo proceso de individualización.
Sin olvidar las orgías de tiros y los espectáculos pirotécnicos a los que el espectador estaba acostumbrado en esta década, Johnnie To construye una primera parte más cercana al heroic bloodshed, mientras que en su fase final asistimos a su mirada más creativa e innovadora en la que satiriza e ironiza con la filosofía del héroe.
La acción se centra en la rivalidad de dos bandas poderosas y su particular deseo de eliminarse la una a la otra. En el centro de esta espiral de violencia se sitúan los dos números uno de cada banda, auténticos profesionales que se respetan y que en el fondo empatizan, aunque su sentido del deber -para con sus respectivos jefes- hará que el enfrentamiento sangriento surja entre ellos.
Un enfrentamiento ineludible que le sirve a To para hacer un astuto ejercicio sobre la teoría de la decostrucción del héroe. Por un lado, tras el duelo, ambos héroes pasarán a depender de la mujer que hasta ahora había ocupado el puesto de mera comparsa en el cine de acción hongkonés. Lau Ching Wan (habitual de To) recibirá los constantes cuidados de su novia al perder las dos piernas, y Leon Lai, postrado en una cama en estado de coma, será salvado por su novia tras atentar contra su vida.
Y por otro, ambos héroes serán testigos del declive de sus valores y de sus códigos de honor al enterarse de las alianzas económicas ente ambas jefes con la única finalidad del enriquecimiento.
Pero Johnnie To va más allá y ejemplifica esta particular decostrucción del héroe con un elemento que toma prestado de otro género, del western: un simple sombrero vaquero, el que lleva en su cabeza uno de los héroes, nos sirve para ver la evolución que desea reflejar To con esta película.
Un sombrero que lleva con orgullo Lau Ching Wan, que a modo de seña de identidad atestigua una presencia mítica entre los suyos –al igual que en su día lo mostraba el héroe del western americano (no hay que olvidar que gran parte de las raíces del cine de Johnnie To se encuentran en la filmografía de Sam Peckinpack)- pasa a cambiar de significado de una forma rotunda en la segunda parte del film.
Ahora ese mismo sombrero aparece a los pies del héroe, pero bajo un héroe mutilado, sin piernas y con el dolor reflejado en su rostro, y lo utiliza para pedir limosna por las calles. Un cambio de función harto significativa que resume ese ironía tan reflexiva y tan irónica de To.
A hero never dies abre así las puertas a una de las máximas del director: la creación de personajes fuertes, de personajes memorables, pues como él mismo argumenta: “me gusta crear personajes más realistas e imperfectos. Eso los hace más humano”Con A hero never dies Johnnie To comienza a poner en duda los límites del género y, sobre todo, del espectáculo de violencia exhibicionista, e inicia a su vez su particular reflexión sobre la humanidad y la justicia.
Johnnie To es una de las grandes y más agudas miradas de la cinematografía hongkonesa actual. Sus películas muestran una combinación perfecta entre el cine comercial y el cine de autor, y en sus reflexiones se descubre la intencionalidad de ir más allá.
Con A Hero never dies comenzó un camino que le ha convertido en uno de los adalides de la redefinición del cine negro de la excolonia.
Con A Hero never dies Johnnie To comienza a experimentar su estilo venidero. Un interesante ejercicio de ironía que le sirve para diseccionar a los arquetípicos personajes del heroic bloodshed (sirva como ejemplo la mítica película de John Woo A better tomorrow ) y transformarlos ahora en héroes más reales y humanos gracias a un reflexivo proceso de individualización.
Sin olvidar las orgías de tiros y los espectáculos pirotécnicos a los que el espectador estaba acostumbrado en esta década, Johnnie To construye una primera parte más cercana al heroic bloodshed, mientras que en su fase final asistimos a su mirada más creativa e innovadora en la que satiriza e ironiza con la filosofía del héroe.
La acción se centra en la rivalidad de dos bandas poderosas y su particular deseo de eliminarse la una a la otra. En el centro de esta espiral de violencia se sitúan los dos números uno de cada banda, auténticos profesionales que se respetan y que en el fondo empatizan, aunque su sentido del deber -para con sus respectivos jefes- hará que el enfrentamiento sangriento surja entre ellos.
Un enfrentamiento ineludible que le sirve a To para hacer un astuto ejercicio sobre la teoría de la decostrucción del héroe. Por un lado, tras el duelo, ambos héroes pasarán a depender de la mujer que hasta ahora había ocupado el puesto de mera comparsa en el cine de acción hongkonés. Lau Ching Wan (habitual de To) recibirá los constantes cuidados de su novia al perder las dos piernas, y Leon Lai, postrado en una cama en estado de coma, será salvado por su novia tras atentar contra su vida.
Y por otro, ambos héroes serán testigos del declive de sus valores y de sus códigos de honor al enterarse de las alianzas económicas ente ambas jefes con la única finalidad del enriquecimiento.
Pero Johnnie To va más allá y ejemplifica esta particular decostrucción del héroe con un elemento que toma prestado de otro género, del western: un simple sombrero vaquero, el que lleva en su cabeza uno de los héroes, nos sirve para ver la evolución que desea reflejar To con esta película.
Un sombrero que lleva con orgullo Lau Ching Wan, que a modo de seña de identidad atestigua una presencia mítica entre los suyos –al igual que en su día lo mostraba el héroe del western americano (no hay que olvidar que gran parte de las raíces del cine de Johnnie To se encuentran en la filmografía de Sam Peckinpack)- pasa a cambiar de significado de una forma rotunda en la segunda parte del film.
Ahora ese mismo sombrero aparece a los pies del héroe, pero bajo un héroe mutilado, sin piernas y con el dolor reflejado en su rostro, y lo utiliza para pedir limosna por las calles. Un cambio de función harto significativa que resume ese ironía tan reflexiva y tan irónica de To.
A hero never dies abre así las puertas a una de las máximas del director: la creación de personajes fuertes, de personajes memorables, pues como él mismo argumenta: “me gusta crear personajes más realistas e imperfectos. Eso los hace más humano”Con A hero never dies Johnnie To comienza a poner en duda los límites del género y, sobre todo, del espectáculo de violencia exhibicionista, e inicia a su vez su particular reflexión sobre la humanidad y la justicia.
4 comentarios:
La pasión que transmite este comentario hace que todos sintamos ganas de ver la película. Y el análisis, sin duda exhaustivo y certero, es un ejemplo de narración. Me alegro de que retomes esta cita, tus lectores esperamos con ilusión tus entradas.
Miria.
gracias por tu participación y por tus palabras. te puedo asegurar que son un gran aliento. Gracias Miria
Vi esta recientemente, y creo que es la "menos To" de todas las cintas que he visto de él hasta ahora.
No sé, creo que toma demasiado prestado del Heroic bloodshed, y se aparta más bien poco de él, quizá sólo lo de las mujeres, que pegan un cambio radical en la peli.
Pero bueno, a mi me gusta el HB y me gusta To, así que me gustó, la verdad.
Un abrazo!
A hero never dies es una película puente en su trayectoria. Al entrar en la industria To se encontro de lleno en heroic bloodshed y es lógico que sus primeras cintas se vean imbuídas de él. La grandeza de To es que supo renovarse su cine y por ende el de Hong Kong.
Para mi esta película es clave en el devenir del nuevo cine negro
Una abrazo Chris
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