martes, 8 de septiembre de 2009

AV de Edmond Pang: irónicamente se puede aprender de los sueños












Edmond Pang comenzó sus estudios de cine en Taiwán pero a los seis meses decidió regresar a su Hong Kong natal y dedicarse a la escritura de guiones para una de las televisiones punteras del panorama hongkonés: la ATV ( la otra es la famosa TVB) en dónde empezó a plasmar su huella, un poco surrealista y gamberra, en el programa “Guest Show” presentado por el actor Daniel Wu (al que recordamos como en compañero de Andy Lau en Full Throttle).
Tras comprobar que se encontraba a gusto en la escritura se lanzó al mercado del libro contando en su haber con seis novelas, entre las cuales se encuentra Fulltime Killer que posteriormente Johnnie To llegó a la pantalla.
Edmond Pang no se define como un escritor que ha pasado a la dirección , sino como un creador que le gusta controlar todos los estadios del proceso, por eso era lógico que en algún momento determinado de su carrera se pasase a dirigir.
Después de colaborar en los guiones de Billy Chung (otro director un tanto especial) decidió hacerse cargo de su primera película You shoot, I Shoot, donde hizo gala de un humor negro tamizado con toques surrealistas en el que espectador se adentraba gustosamente en el juego que le proponía Pang.
AV (Adult Video) entra a formar parte de una primera etapa de Pang con un cine un tanto corrosivo en donde la sátira, altamente inteligente, le ayudó a trasgredir los géneros al mismo tiempo que dejaba las huellas de su poderosa creatividad. Creatividad que algunos definen como desconcertante, otros llaman surrealista y a nosotros nos gusta sugerir como de increíble personalidad.


Edmond Pang lo tenía claro, para sacar adelante una película como AV era necesario huir del dinero proporcionado por la coproducción (en asiduidad con la China continental), debido a las férreas normas que afectan al contenido y a la temática de las películas, y mantener los presupuestos más bajos para negociar con compañías hongkonesas que albergasen un mayor sentido de la libertad creativa.
Para AV, que tocaba un tema tabú como el sexo y la pornografía, este era un requisito básico.
Así en un tiempo record, y buscando la financiación de entre las piedras Pang se lanzó a dirigir una de las películas que se encuentran entre sus favoritas. La historia se centra en un grupo de amigos universitarios que deciden producir e interpretar su propia película porno para cumplir así sus fantasías sexuales. El mayor problema al que se enfrentan será la contratación de una actriz porno japonesa y su llegada a Hong Kong.

Pang elabora un guión en donde se vislumbran algunas verdades de su cine y de su sociedad que en cierta medida se camuflan en la ironía de su toque personal.
Para empezar Pang se sumerge en la comedia pero huye de los estereotipos encontrados en su cinematografía. En AV se evade del gag hilarante (de lo absurdo de las molietau) y se sustituye por un humor más sutil, al mismo tiempo que se aleja de las películas de la marca de Wong Jing, que a pesar de utilizar el desnudo femenino y los chicos con las hormonas revueltas en muchas de sus películas, carece de algo por lo que Edmond Pang se caracteriza: la inteligencia en sus guiones. Quizá la búsqueda de entretenimiento a cualquier precio sea el exceso del señor Jing.
Por otro lado en AV el director se enfrenta con algunas de las verdades de su sociedad. No es casual que el grupo protagonista se una pandilla de amigos universitarios y que luchen por alcanzar aquello que únicamente les motiva: el sexo.
De fondo se puede leer el declamo de una juventud aletargada que ante la economía inestable de Hong Kong prolongan su etapa universitaria antes de enfrentarse al panorama laboral.
Pang destila pincelas mordaces a su sociedad, hasta el extremo de hacer un paralelismo entre la juventud universitaria de los años setenta que juntaron sus voces y lucharon contra la resolución estadounidense por ceder a Japón las islas de Diao Yu, con esa juventud actual que sólo “lucha” por satisfacer sus instintos primarios al mismo tiempo que se deleitan los grandes pechos de las chicas.
Pero cómo muy bien dice uno de los amigos: “en Hong Kong ya no se puede ser pesimista”, y por eso los muchachos aprenden a madurar durante el rodaje de su ficticia película porno. En el fondo con toda esa aventura lo que han conseguido es aprender de sus acciones, de los contratos, de los beneficios...en definitiva han aprendido a estar preparados para el futuro.

De nuevo la ironía, tan característica de Pang, que no atañe una crítica social sino que subraya su ejercicio surrealista y desconcertante, y que arremete contra los tópicos de esa generación de jóvenes egoístas que los mayores dicen que se está creando en Hong Kong. No obstante Pang alega que no le gustaría que la ironía fuese su marca de distinción pero que con ella puede jugar con los géneros tradicionales, al mismo tiempo que le gusta su manera de expersarse con ella.
¿ Acaso no hay ironía en las palabras del joven director, de la supuesta película porno, que desea hacerla con las referencias de TarKousky y su “Esculpir en el tiempo”?, ¿o no existe esa misma ironía en la contratación de un director de acción para este proyecto?, ¿es qué en toda película hongkonesa que se precie tiene que haber una lucha con cables para el vuelo de sus protagonistas?


La mayoría de sus personajes se comunican mediante el humor negro y la tan nombrada ironía, quizá sea porque Pang toma conciencia de la juventud y le otorga las expectativas justas que conllevan con su edad. AV resume un cine de Pang con tendencia al gamberrismo, donde su universo masculino se sumerge en sus fantasías y obsesiones y dónde – y a pesar de todo lo expuesto- quizá no busque más que el mero entretenimiento.


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