sábado, 15 de enero de 2011

Edge of darkness de Fung Hak On: rudeza y brutalidad en el thriller de los ochenta.





Quizá Fung Hak On sea un desconocido para el espectador occidental, quizá su nombre no suene tanto como Sammo Hung o sus colegas, pero lo cierto es que su nombre y su hacer debe tener un nombre en la historia del cine de la excolonia.
Durante más de dos décadas Hak On fue uno de los actores fetiches en las producciones hongkonesas, acostumbrado a retratar a villanos compaginó sus incursiones como actor con sus labores como director de acción especializándose en las películas de Kung Fu.
Tras “sufrir” un duro pero exitoso entrenamiento en la escuela de la Opera de Pekin, se unió a la mítica productora Shaw Brothers en dónde trabajo como coreógrafo de acción bajo la tutela de Sammo Hung. Más tarde su nombre también se uniría como coreógrafo de acción en las primeras películas de Jacky Chan.
Con este bagaje, dentro de sus incursiones en el thriller policial y de tríadas, una de sus películas más consideradas es Edge of Darkness. Pues aún a pesar de repetir tramas y elementos de la iconografía hongkonesa “triadesca”, es un excelente ejemplo para acercarnos al cine más brutal y directo que ha caracterizado la década de los ochenta.
Violencia, guerras sucias, venganzas, traiciones….en el más puro estilo hongkonés.


Ah Kay es un policía encubierto que ha llegado a ser la mano derecha del jefe de una de las familias más importantes de las tríadas. Su misión sólo es conocida por su jefe el inspector Wong. En un primer momento la tríada sospecha de Ah Kay y le tacha de traidor e informante de la policía pero consigue zafarse de la acusación.
Mientras las deudas de juego del inspector Wong le llevan hasta la desesperación y se encuentra entre las cuerdas presionado por sus usureros y por la ética de su profesión. Wong se transforma en un ser corrupto capaz de vender a su propio hombre camuflado que trabaja a dos bandas entre las oficinas y las triadas, sin importarle deshacerse de los colegas que le molestan.

El guión recoge tópicos del cine de triadas con el añadido del topo infiltrado en la banda mafiosa, pero al situarnos en la década de los ochenta, el thriller de esos momentos reunía una serie de elementos propios de su iconografía. Para empezar el guión es poderoso, construido en base a personajes muy trazados donde la ambigüedad y la misma complejidad de la existencia se interponen entre ellos. No en vano el guionista de Egde of Darkness, Philip Chan, antes de dedicarse a la pluma y a la dirección de películas, trabajaba como policía y convivía con la dura realidad que nos expone esta cinta.
Sus propias experiencias y sus recuerdos son las mejores fuentes en las que se basó a la hora de escribir esta ruda historia.
Los personajes aportan las distintas complejidades que no encontramos en la vida y más en profesiones tan límites como la de policía o como la “profesión” de mafioso. Las motivaciones, las ambiciones desmedidas, la falta de comprensión de los allegados, las traiciones…pasan por la trama a través de giros y con un estilo directo que podemos denominar, incluso, como brutal y rudo.

Además este cóctel se adereza con una muy interpretación de personajes tan míticos en la historia del cine de Hong Kong como Alex Man, perfecto en el papel de inspector corrupto al borde del suicidio, o Chin Siu Ho muy buena réplica como infiltrado de la policía dando la intensidad requerida para la problemática y el desconcierto de su situación. Inclusive John Shum, que en esta cinta deja su habitual papel de cómico para convertirse en un policía profesional y amigo de sus amigos. Y por descontado el mítico Lo Wei que se reservó el papel de jefe de tríada que nos recuerda la historia del cine de la excolonia concentrada en su persona.

En definitiva Edge of Darkness nos acerca a la nostalgia de ese cine de los ochenta donde la brutalidad y la violencia adquieren tal grado de veracidad que el ritmo se acelera consiguiendo la tensión necesaria para el grado de intensidad sea acorde con la realidad de unos personajes trazados por alguien que sabe de lo que está hablando. La cámara en mano de Michael Ma ayuda a conseguir el vértigo necesario propio de la acción intensa.
Como curiosidad esta película es de las pocas que llegaron al mercado español y se encuentra doblada al castellano.

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