sábado, 23 de abril de 2011

Assembly de Feng Xiaogang: El rey de la taquilla china apuesta por el toque de corneta




















Por mucho que Feng Xiaogang quiera cambiar de registro su cine siempre va a estar vinculado con las películas de año nuevo, esas comedias ligeras y taquilleras nacidas por y para atraer al público que festeja el año nuevo chino (entre diciembre y febrero). Un género con todas las connotaciones de la palabra que recibe el nombre de Hesui Pian donde el humor, la ironía y el romanticismo forman el cóctel perfecto para el espectador.
Aún así es indiscutible que con su último largometraje, Assembly, ha querido alejarse de esos convencionalismos y se ha zambullido de lleno en una película de ambientación bélica como en su día quiso probar el wuxia más contemporáneo (The Blanquet) o el melodrama más impactante ( Aftershock)
Lo cierto es que al rey de la taquilla china le falta el reconocimiento en el exterior, y sabedor de esta laguna va virando su filmografía hasta dar con la varita de oro que en su hallaron los Chan Kaige, Zhang Yimou o Jia Zhangke: “afortunadamente vivo en un país grande, con una población enorme- nos dice- porque sino yo estaría realmente frustrado”.
¿Quizá por ello, en ese intento de dar el salto al mercado occidental, se haya comparado tanto a su Assambley con la americana Salvar al soldado Ryan? A Feng siempre le gusta agradar a su espectador y, tenga ecos Spilbergianos o no, lo cierto es en su drama bélico busco una historia dramática perfectamente ejecutada con gran acogida de sus paisanos.


Assembly abre con unas potentes y cruentas imágenes de guerra civil china que su tuvo su etapa más intensa en plena década de los años cuarenta. Feng se centra en un batallón comunista enfrentado al bando Nacional y se recrea en las muertes, en las heridas de mortero, en el dolor, con un ritmo lento y visceral propio del que desea diseccionar las imágenes más realistas de una guerra.

La película consta de dos partes muy bien diferenciadas. La primera comprendería la camaradería y la amistad de sus hombres y su posterior desaparición en la batalla, y la seguna las vivencias de Gu en otras guerras que desea devolver el honor a su batallón desaparecido.

En ese primer segmento vemos al escuadrón liderado por el capitán Gu al frente de la IX Compañía. Gu se nos presenta como una figura recta que se encuentra en medio de la ferocidad de la guerra, por ello vemos como lucha con garra por defender a sus hombres, pero al mismo tiempo decide matar a sus prisiones olvidando los códigos y las leyes de la guerra.
La justicia militar encarcela al capitán destinándole, más tarde, a él y a sus hombres a un destino prácticamente suicida. Su compañía es enviada a salvaguardar una mina y sólo deberá volver cuando oigan el toque de corneta, es decir cuando llamen a “Asamblea”.
La merma de la guerra hará mella en la valentía y en las fuerzas de sus hombres y todos creerán oír esa corneta, todos menos su capitán que les obliga a quedarse allí a una muerte segura.

La segunda parte nos narra las vivencias del capitán Gu en la búsqueda del honor de su escuadrón desaparecido. Gu ha sido el único superviviente y parece que necesita de la guerra para poder vivir. Por ello se alista en la Guerra de Corea con el anhelo de seguir en la búsqueda de su compañía sepultada.

En la exposición de Feng también se ven claramente dos partes o dos caminos a seguir. Por un lado en la primera parte las escenas de guerra adquieren un protagonismo técnico, con un minucioso montaje y un rodaje cercano y cruento. La guerra aparece ante el espectador mediante secuencias impactantes, poco habituales en el cine chino, pero no como una causa justificada, no como un hecho necesario para justificar las proclamas del bando ganador. Aquí la guerra aparece como una causa más del momento histórico y en recae todo el protagonismo es en el ser humano, en el soldado, en el capitán, en el hermano al fin y al cabo.
Feng parece honrar la labor de esas personas anónimas que se vieron implicadas en una guerra sin importar en que bando se encontraban.

Y será en la segunda parte cuando el director despliegue su humanismo antibelicista edulcorado con el beneplácito del gobierno chino. Una segunda parte más reflexiva, acorde con la veteranía del capitán moviéndose entre los acordes, con una exposición que no cae en la exageración ni en panfleto, de la ideología comunista.

Feng habla de esos hombres anónimos que dejaron sus vidas en la guerra civil simplemente por les tocó en suerte. Vidas truncadas por el fusil ¿Desaparecidos o héroes? Las mismas gotas de agua de un mar que dejaron su vida en la batalla.

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