lunes, 24 de enero de 2011

A mob story de Herman Yau: si estás en el infierno, desaparece la hermandad






Herman Yau es uno de los más activos referentes del cine hongkonés. Su mezcla de acción, existencialismo y Categoría III le hace ser uno de los directores más valientes y frescos de su panorama.
Su gusto por experimentar no aleja de los convencionalismos del género, y sus historias aún con clichés clásicos redefinen muchos de los prototipos con los que habitualmente nos encontramos.
Sus últimas cintas en el cine de acción, On the Edge (http://hongkongpasion.blogspot.com/2008/10/on-edge-de-herman-yau-la-vida-en-tierra.html), Chaos (http://hongkongpasion.blogspot.com/2010/01/chaos-de-herman-yan-un-mundo-donde-no.html)… nos abren una vía experimental que mezcla géneros enmarcados en ambientes tórridos y frustrantes. El infierno, o algo parecido a él, rodea a unos personajes que tienen que aprender a convivir bajo unas reglas extremadamente violentas y alejadas de cualquier relación cotidiana. Todo parece excepciónal en un submundo donde la brutalidad y crudeza marcan la pauta…y A mob story no es la excepción.


Seven es un miembro de tríadas especializado en matar a las grandes cabezas de los clanes. Su sentido práctico de la vida le hace sentir a gusto en un submundo que no conoce ni el pasado ni el futuro.
Tras fallar en una de sus misiones se exilia a Taipei donde se reencuentra con un amigo de la infancia que vive obsesionado por comprar la libertad de una prostituta de quien está enamorado. Seven huye de frenético Hong Kong para introducirse en el contemplativo Taiwán, pero la mafia y sus motivaciones no difieren mucho dentro de ese infierno que Herman Yau representa.

Gran parte del interés de esta película, al mismo tiempo que su gran frustración, es la aproximación de Yau a un nivel existencialista propio de los viven en un submundo con reglas propias y principios de honor y fraternidad como nos muestran muchas cintas de esta temática. Pero en A mob story ese vagar por la tríada se aleja de los principios del Jiang Hu tan vertebrales en la mayoría de películas del cine de tríadas. Aquí la fraternidad y el honor son sustituidos por la puñalada trapera de quien acecha a su amo esperando un descuido. En esta película la hermandad y la amistad de niños se evaporan porque en ese particular infierno que recrea Yau, los personajes se amparan en un destino en el que no creen y la ley de la supervivencia se alza como la bandera del día a día. De ahí que Seven carezca ni sepa de relaciones y que ni siquiera crea en la venganza. Y por último en A mob story la mujer aparece como asesina ejecutora alejándose del cliché convencional de la hegemonía masculina en las películas del género.

A Herman Yau no le importa que el espectador reconozca los convencionalismos del cine de tríadas. Un Mongkok frenético envuelto en sus luces de neón, enmarca las luchas de machetes y las persecuciones entre rivales. Y aunque la hermandad y la fidelidad pasen a un segundo plano los convencionalismos siguen presentes, sólo alterados por la manera de narrar compuestas por saltos, imágenes congeladas, uso del video digital y un empleo metafórico del color.
Lo que realmente le interesa a Yau es dejar bien clara la marca de la casa, es decir, una especie de filosofía existencia ronda a su protagonista que se mueve entre el nihilismo y la frustración, acompasada de una violencia brutal que nos recuerdan sus mejores años en la Categoría III.
Algunas escenas son especialmente atroces más aún cunado, sin ningún tipo de pudor, introduce a una niña que juega tranquilamente en el escenario de una tortura. En este “todo vale” la inocencia de la infancia es eliminada y nos aparece como un elemento que tiene cabida en este infierno teñido de rojo. ¿Si estás en el infierno desaparece la hermandad? ¿Si trabajas en el hades se convive con una violencia bruta y descarnada? ¿Sólo se puede sobrevivir sin principios? Interrogantes valientes a los que Yau se enfrenta sin tener una transfiguración real en su película. ¿por qué?, pues porque quitando las buenas escenas de acción los personajes no están matizados sino sólo dibujados. Los conflictos a los que se enfrentan los personajes son más artificiosos que reales y el gore de su añorada Categoría III a veces aleja de la realidad más que acercarla.
No obstante la labor de Yau por abrir una nueva vía en el cine de acción es loable y si en esta ocasión no le ha salido una película redonda, en otras muchas ocasiones consigue su deseo.

2 comentarios:

Chris W. Gray dijo...

Hola!

Hacía tiempo que no me pasaba. Espero que hayas entrado bien en el año.

Y nada, quería comentarte a ti y a tus lectores sobre la "Semana de Cine de Hong Kong", aquí en Madrid, organizado por Casa Asía y gratis!

Más info en este enlace:http://www.casaasia.es/actividad/detalle/?id=200802

Un beso!

nuria dijo...

Hola Chris
¡¡¡Cuánto tiempo!!!, y como siempre bienvenido.
Muchas gracias por la información del ciclo, espero que mis horarios de trabajo me permitan ir a alguna peli.
¡¡¡Tenemos que aprovechar!!!
Un abrazo muy fuerte y hasta pronto
Nuria