El socio cofundador de la productora Milkyway Imagine, Wai Ka Fai, (el otro es Johnnie To), es uno de los productores, guionistas y directores, que han contribuido a lo que venimos denominando, desde las páginas de este blog, la redefinición del cine negro de la excolonia.
La interesante filmografía de Ka Fai comenzó con el guión y la dirección de Peace Hotel todo un clásico del heroic bloodshed (películas que respondían a la etiqueta de “derramamiento de sangre heroico”). Unas primeras pinceladas de heroic bloodshed que dejaron su huella en sus posteriores obras y, sobre todo, en las colaboraciones con su amigo Johnnie To. De éstas surgió una de sus películas más aclamadas: Too many ways to be nº 1, un auténtico juego plástico y experimental que mostraba una puesta en escena muy atrevida, con rápidos movimientos de cámara, encuadres arriesgados, ángulos imposibles y personajes extraños. Una película con la que Ka Fai quiso demostrar que la productora Milkway también podía estar ligada con un cine más íntimo cercano al concepto de autor.
A tenor de su cine, “un buen guión es la clave del éxito”, tenemos que analizar su última película, Mad detective, que entre otras muchas cosas es un buen
ejemplo para mostrar el camino del nuevo thriller hongkonés.
Uno de los requisitos del nuevo cine negro de la excolonia lo encontramos en Mad detective: el desarrollo de una trama hipnótica que al mismo tiempo establezca un juego visual y psicológico con el espectador.
Mad es un experto detective expulsado de la policía por su demencia, pero también es un profesional muy reconocido entre los suyos. Su método de trabajo, aún a pesar de ser muy poco ortodoxo, es de nuevo requerido para la resolución de un caso. Su modus operandi, un tanto curioso, pasa por la aplicación de las emociones, y no la lógica, en la investigación. Esto le llevará, por ejemplo, a enterrarse vivo para descubrir las emociones del muerto y llegar así a su asesino, o cortarse una oreja para exhalar los mismos sentimientos del asesino..., aunque el don que más explota es su capacidad para ver las distintas personalidades que todas las personas tenemos.
Mad es por tanto un personaje, interpretado por un sublime Lau Ching Wan, que aporta los matices perfectos para que, por un lado Ka Fai cree un juego experimental, y por otro el espectador quiera participar en él. El director transita al mismo tiempo por dos entornos: el real y el “irreal”, entendido este último como la visión deformada del protagonista. Por eso, y sin previo aviso, nos situamos delante de una realidad lógica (el transcurso de la historia a través de los ojos de Andy On el inspector que pide ayuda a Mad) para pasar a otra que podemos denominar ilusoria ( la historia en la cabeza de Mad). Un juego de apariencias que ayuda a Ka Fai a alternar momentos de alta tensión con otros más sarcásticos e irrisorios.
Un ejemplo: en una persecución policial ambos detectives van detrás del criminal sospechoso pero mientras que el detective interpretado por Andy On sólo ve a una persona, Mad puede ver con claridad a siete personas metidas en el coche, es decir, las siete personalidades distintas que el asesino reúne en su persona. Esto, que insistimos, da lugar a momentos delirantes perfectamente combinados con la tragicomedia, también aporta lo verdaderamente importante de la cuestión, es decir, obliga al espectador a hallar el orden en medio del desorden.
Pero Mad detective no es sólo novedosa en este aspecto, la película desecha todo el exceso y la parafernalia visualmente efectista de la mayoría de los thrillers de los años ochenta de la excolonia, y del cine negro de corte occidental. Es más, acentúa el lado más íntimo de los personajes que si bien dan muestra de instantes de ternura, que nos hacen empatizar con el protagonista, no rompen el ritmo de la acción.
Ka Fai, al igual que su colega Johnnie To, tiene un especial interés por mostrar la cotidianidad de la vida de sus protagonistas que enmarcan una visión cercana y realista de la acción.
En definitiva si algo tienen las películas de Wai Ka Fai, extrapolando esta premisa al sello de la productora Milkyway Image, es el excesivo cuidado en las historias en la que toman vida personajes complejos que ya no están, como antaño, delimitados por los roles del bien o el mal.
lunes, 17 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Según decía To en una entrevista: Todos mis personajes son malos", supongo que refiriendose a sus películas "personales" [en contraposición a las "comerciales"]
Tengo que reconocer que esta peli no fue de las que más me han gustado del tándem To - Ka-fai, e incluso al principio me sentí un poco desorientado ["¿Y ese personaje quién es?", me preguntaba yo, ahahah], lo cierto es que es una gran película.
Y no puede evitar hacerte una pregunta, a ver si supieses aclararlo: ¿Cómo trabajan juntos Ka fai y To? ¿Por qué siempre se le atribuyen los filmes a To, aún estando firmados por ambos?
Esperaré la respuesta mientras sigo leyendo.
Un beso!
Hola Despair_waltz.
Lo primero de todo, bienvenido.
En cuanto a tu pregunta ambos, To y Ka Fai comparten un mismo espíritu, son dos almas gemelas que se encontraron en una misma manera de entender el cine.
Ka Fai muchas veces figura como productor, aunque de su mano han salido guiones característicos de la Milkway.
Cuando trabajan juntos, podemos decir que coordinan sus ideas pero Ka Fai hace las veces de ayudante de dirección, aunque- y en honor a la verdad- Johnnie To exige que en los títulos de crédito siempre aparezcan ambos en el misno rango.
El asesoramiento de Ka Fai es clave en cada nuevo proyecto
Un saludo y hasta pronto
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