lunes, 30 de marzo de 2009

July Rhapsody de Ann Hui: personas imperfectas en un mundo imperfecto.






La Filmoteca Nacional, en colaboración con CasaAsia, ha dedicado un ciclo a la filmografía de la directora hongkonesa Ann Hui. Si la semana pasada repasábamos su primera película, Boat people, en esta nos aproximamos a su particular visión del melodrama.
Si por algo se caracteriza Hui es por desarrollar un hondo sentido de lo narrativo frente a lo formal. La narración, y los interrogantes que surgen en torno a un conflicto, priman sobre la estética o el ritmo del montaje. En sus obras el guión se convierte en la pieza base sobre la que se construye el resto del entramado. La historia matiza la realidad que le interesa contar ajena a didactismos propios de un mensaje dirigido. July Rhapsody trata, simplemente, de personas imperfectas enmarcadas en un mundo imperfecto. Personas que experimentan una crisis de identidad vinculada con la “crisis de los cuarenta”. Personas que tienen que asimilar su pasado y enfrentarse a una vida que han construido a partir de él. Personas que esperan algo, pero que ni siquiera saben lo que esperan.


Como ya hemos dicho la historia de July Rhapsody es sencilla. Un profesor, rayando los cuarenta, ve amenazar su cotidianidad familiar cuando corresponde a una joven estudiante que se enamora de él. Por otro lado su mujer decide cuidar a su antiguo amante en los últimos momentos de su vida.
Estamos ante dos subtramas en las que Hui decide, mediante un ritmo muy lento, exponer ante el espectador pinceladas de su realidad.
Sin lugar a dudas, el espectador se posiciona ante la desestabilización de la vida familiar pero su presentación va mucho más allá de una narrativa clásica. Ann Hui expone los sentimientos, los motivos, y las causas y lo hace horadando la realidad, buceando en los más hondo hasta conseguir “explicar las emociones”.
La directora plantea una serie de interrogantes: ¿cómo se derrumba una familia?, aunque...¿estamos asistiendo al derrumbe de una familia?; ¿cómo los personajes afrontan la intensidad de sus sentimientos?,¿o deberíamos decir la autenticidad de los mismos?

En palabras de Ann Hui “la vida es un examen que nunca acaba” y si algo destila esta película es autenticidad. Los sentimientos y las emociones están continuamente puestos a prueba.
Lam (un comedido y estupendo Jacky Cheung en el papel de profesor) se revela ante su vida de rectitud. Se nos presenta como un hombre honesto, que disfruta con la literatura, pero carente de felicidad. Una infelicidad que ha ido construyendo día a día, aún amando a su mujer. La joven alumna se enamora de la madurez de su profesor y le hace ver que no es feliz.
La noticia de la aparición del amante de su mujer y los cuidados de ésta hacia el moribundo, hace que se replantee su vida. Lam se apoya en los viejos fantasmas del pasado para llevar a cabo su infidelidad. Pero, ¿existe algún tipo de sentimiento hacia su alumna, o simplemente le gusta verse con los ojos con que ella le mira? ¿Realmente la aparición del antiguo amante de su mujer, también profesor suyo, le condiciona para rebelarse contra su honestidad? Todo es un conjunto de factores que le lleva a tomar su decisión. Hay una escena muy significativa para intentar comprender sus motivaciones: en un momento de intimidad profesor y alumna almuerzan en un restaurante, frente a ellos un viejo que casi se ahoga comiendo los granos de arroz del sushi. La escena, a modo de instantánea de la sociedad y reflejo de su futuro, es tan desagradable para el profesor que le remueve por dentro. Las vida pasa y la novedad y el “pecado” le está rozando su universo.

Ella, la mujer, (una perfecta Anita Mui) también se enfrenta con la autenticidad de sus sentimientos. Su viejo pasado, en este caso su antiguo profesor y padre de su primer hijo, se materializa ante ella suplicando amparo. En un momento de la película ella se enfrenta a su hijo y le cuenta la verdad de su historia. Y cuando el hijo le pregunta los sentimientos hacia el que hasta ahora él creía su padre (Jacky Cheung) ella le dice: “no hubiese vivido con el veinte años si no le quisiese”. Entonces, ¿por qué acepta la petición de su antiguo amante y le cuida en sus últimos días? Existe un sentimiento de compasión, o como dice ella, le gusta verle postrado en una cama como castigo por todo lo que le hizo.
La complejidad del ser humano nos hace seres con sentimientos sinceros por muy imperfectos que estos sean.

La joven alumna enamorada del profesor representa la fuerza y la vitalidad. La pasión de los jóvenes que siempre se salen con la suya. Karena Lam, es el elemento activo en un mundo de adultos tranquilos y conformistas. Ella comienza su particular juego con el profesor y lo termina en el momento en que ella lo decide. Él sólo puede aceptar su decisión y se abocado a volver a su rutina, pero ¿decide continuar como si nada, o por el contrario el viaje al río Yangtze puede significar un punto de inflexión en su relación?
Ese mismo río que tanta poesía ha salido de sus aguas puede ser el punto final o el punto seguido a su relación, pues como Lam (Jacky Cheung) le dice a su mujer: “después del viaje hablaremos”. Un final lleno de incertidumbre que nos trae de nuevo la respuesta a nuestro interrogante inicial, ¿estamos ante el derrumbe de su vida en común, o sólo es una crisis de madurez?

La película, entre otras cosas, significó el regreso de Jacky Cheung a las pantallas después de un período de sequía. La crítica alabó su trabajo así como el de sus dos protagonistas femeninas. La historia, firmada por Ivy Ho, misma guionista de Comrades almost a love story (ver entrada en este blog), ahonda en la complejidad de una vida basada en la cotidianidad. Capta los pequeños momentos de la existencia y las dudas y los errores que podemos cometer. Es una historia sobre una familia que desmiembra a sus cónyuges y les dota de individualidad, en donde los diálogos adquieren el protagonismo y el ritmo lento de la cinta mece las inquietudes y los miedos de cada uno de ellos. Hui, fiel a su manera de entender el cine, creó July Rhapsody, una historia íntima en un mundo cargado de imperfecciones.

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