lunes, 3 de agosto de 2009

Once upon a time in Triad Society de Cha Chuen Yee: un villano sin glamour






Diez años después de que John Woo reinventase el cine de acción e hiciese suya la fórmula del heroic bloodshed, el cine de tríadas volvía a necesitar de un revulsivo. Los grandes héroes, que bajo la lealtad y la hermandad cumplían justa venganza hacia sus antagónicos estereotipos, se encontraban ahora perdidos entre un sinfín de balas y unas coreografías espectaculares.
Wong Jing fue uno de los primeros productores que se dio cuenta del necesario cambio generacional, (de estilo y de actores) , y a través de su compañía B0B apostó por un cine escapista y que al mismo tiempo renovase los arquetipos en los que había caído el cine hongkonés de esos años. De la mano de Manfred Wong- y sobre todo de Andrew Lau surgió en el año 1996 una película: Young and Dangerous que marcaría una moda , a nivel formal en cuanto a lenguaje cinematográfico, y cultural en el plano social. Young and Dangerous contó con cinco secuelas más, una historia que retoma a sus personajes de jóvenes, y numerosos spin off , o lo que es lo mismo, películas surgidas en torno a los personajes principales o secundarios de la principal, que toman el protagonismo en una nueva historia.
Este es el caso de la película que nos ocupa: Once upon a time in Triad Society (1996)dirigida por Cha Chuen Yee donde se retoma la vida de Ugly Kwan el malvado villano de Young and Dangerous, interpretado magistralmente por Francis Ng.


Los inicios de Cha Chuen Yee están viculados con la productora de los Hermanos Shaw cuando en el año 1989 se hizo cargo de la dirección de Mr Fortune. Desde entonces, como muchos de sus colegas, fue alternado las labores de director con las de productor, guionista e inclusive actor. Tras un rotundo éxito de crítica y taquilla con Legal Innocence, y películas menos sonadas como Our Neighbour detective o Secret love, aceptó el difícil reto de iniciarse en una aventura que, aún vinculada con la saga Young and Dangerous, aportase una especie de ruptura con el original.
(Ekin Chen y Jordan Chan encabezan el reparto de Young and Dangerous)
Para entender este objetivo debemos ponernos en antecedentes y esbozar qué significó una película como Young and Dangerous (dirigida por Andrew Lau antes de su archifamosa saga de Infernal Affairs) en el panorama hongkonés. Para empezar la base del argumento se encuentra en el comic.
Una especie de fusión manga-tríada con la que parte Lau desde los títulos de crédito. Este contexto del comic le permite al director jugar con uno de los puntos de ruptura principales con respecto al heroic bloodshed de John Woo: la tríada como un estilo de vida. Es decir, el glamour de la violencia exaltada por un sistema de tríadas en las calles de Hong Kong por donde se pasean unos guapos héroes que visten con ropas de calidad y se vanaglorian de usar laca y secador. Son unos jóvenes, que ascienden rápidamente dentro de su grupo y conviven con las lealtades y deslealtades, y que no dudan en matar para ajustar cuentas. Su camino es arduo pero al mismo tiempo pueden alcanzar la gloria. Parecen estrellas de pop metidos a gansters.
Por otro lado Andrew Lau, aparte de continuar con la experimentación en la fotografía, que ya había utilizado para Wong Kar Wai (As tears goes by) donde la cámara se mueve a un ritmo vertiginoso al mismo tiempo que se distorsiona o congela, alterna su historia con dosis de drama y toques de humor que alivia la temática y otorga a este subgénero- que podemos denominar cine de tríadas- un tono fresco a la par que realista.
Por último el mosaico que reúne luces de neón, ruidos, peleas, coches de lujo, puestos ambulantes, avenidas, y pandilleros con machetes... en la ciudad de Hong Kong es realmente asombroso y anticipa los exteriores de la excolonia de su otra estupenda saga de Infernal Affairs. (Véase.INFERNAL AFFAIRS (LA TRILOGÍA): Y Buda dijo.... )

El desafío para Cha Chuen Yee fue realmente difícil. Once upon a time in a Triad Society se nos presenta como un estupendo ejemplo que, aún a pesar de respetar el envoltorio de la moda creada por Young and Dangerous, (es decir: la forma de rodar las peleas, el protagonismo que se da a la ciudad de Hong Kong, las luchas de poder, la fuerza de la lealtad, la venganza de la traición...) al mismo tiempo da un giro de 360º porque, en este caso, el villano sustituye a todo el glamour del héroe. Para que no quede lugar a dudas el protagonista, Ugly Kwan, repite varias veces: “Una tríada es una tríada”, como queriendo decir “ pertenecemos a este mundo de violencia donde no hay lugar para los cuentos de hadas. A un jefe de tríada no le debe de temblar la mano al matar sea o no sea justo”

La historia de Once upon a time in a Triad Society también esta relacionada con un comic, pero muy al contrario que en Young and Dangerous, donde los héroes del comic son los mismos que ejercen su poder en los territorios hongkoneses, en esta historia el protagonista utiliza el comic como papel higiénico. En realidad Kwan es un gran consumidor de comic de ahí la base para entender el argumento de esta película.
Tras recibir un tiro y ser traslado al hospital, no sin un gran sentido del humor, comenzará a narrar su historia e intentará justificar sus penalidades y sus sufrimientos hasta ingresar en la tríada. Como si de un melodrama se tratase, Kwan se nos muestra como un ser inocente y entrañable que sufre por amor, es leal a su jefe y es capaz de dar la vida por sus hermanos. En realidad la voz en off nos narra una síntesis de todos los comics que lee. Nos cuenta una historia en la que él se cree el héroe de sus historietas.

Pero la realidad es bien distinta. La película nos sorprende con una segunda parte en la que el protagonista narra su verdadera historia, la creación de su imperio de violencia en el que se siente a gusto y en donde el villano alcanza su mayor esplendor y su más dura caída.
Es ahora donde Cha Chuen Yee se quiere aproximar a la realidad de la tríada, a ese mundo autóctono y autoritario que coloniza más y más poder en sus calles.
Este universo paralelo, esta especie de ying y yang, nos recuerda – en términos de experimentación- a la estupenda película de Wai Kai Fai: Too many ways to be nº1 (1997).
Al igual que Ka Fai, Cha Chuen Yee se vale de la ironía y del humor negro para enmarcar su historia, pero mientras que en el primero prima el ejercicio formal, en el segundo hay una sutil llamada de atención sobre lo irreal de la glorificación de la tríada, si bien el entretenimiento camufló sus mínimas líneas de ruptura hacia esa moda de los Young and Dangerous.

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