sábado, 6 de marzo de 2010

Jasmine Woman de Hou Yong: “...La belleza del jazmín puede truncarse si alguien lo extirpa de raíz...”


















En 1982, Hou Yong, se graduó en la Academia de Cine de Beijing y compartió estudios con los míticos Zhang Yimou, Tian Zhuangzhuang y Chen Kaige, con quienes más tarde colaboró como director de fotografía en varias de sus películas.
Con Jasmine Woman se lanzó a la dirección en el año 2004 imitando el estilo “democrático” de directores como Zhang Yimou que daba libertad de ideas a cada ayudante antes de ponerlas en común.
Su ópera prima nos traslada a un intenso drama folletinesco, ambientado en la ciudad de Shangai, a través de la difícil existencia de la mujer en China.
Quizá la película no se enmarque más allá del melodrama pero es una excelente oportunidad de ver el duelo interpretativo de dos de las estrellas más aclamadas fuera y dentro de sus fronteras: Zhang Ziyi y Joan Chen.


Basada en la novela de Su Tong, quien colaboró también en la realización del guión, Jasmine Women, narra la vida de tres generaciones de mujeres de una misma familia que se ven abocadas al sufrimiento por sus historias de amor y desengaño.

Zhang Ziyi, en un difícil desdoblamiento, interpreta los papeles de hija y madre, y Joan Chen da una réplica perfecta con las interpretaciones de la madre y la abuela de la protagonista. Ambas actrices demostraron un gran entendimiento en el rodaje, y eso se trasladó a la pantalla al crear una atmósfera idónea donde el resentimiento, la culpabilidad y la amargura podían más que el amor entre madre e hija.

Tres mujeres que viven en diferentes épocas (los años treinta, los años cincuenta y los años setenta) y que comparten un mismo destino: la soledad y el desasosiego. Todas ellas podrían contarnos una historia de amor frustrado y de expectativas rotas: Mo (en los años treinta) es ingenua y siempre vive por y para sus sueños. Por su rebeldía desatiende los consejos de su madre, y se lanza a experimentar la vida como aventura.
Li (en los años cincuenta) trata de diseñar y planificar su vida pero, como si de una maldición se tratase, la tragedia le ronda, y Hua (en los años setenta) es la personalidad más fuerte pues, gracias a su grito de independencia, parece cerrar ese círculo maldito en torno a su familia.

En cada historia el hombre aparece como el epicentro de la desgracia, al mismo tiempo que se nos presenta como una sombra en sus existencias. Los personajes parecen estar predeterminados por una fuerza fatalista que les obliga a repetir errores en cada generación. La lectura que nos propone Hou Yong se traduce en un canto hacia esas mujeres débiles, atadas a una sociedad tradicional que sólo les permite cometer errores, pero que poco a poco, y debido a sus desgracias, adquieren el ímpetu necesario para escapar del control que les agobia.

Yong dirige la historia con una narrativa clásica y con una escasa ambientación, pues la ciudad de Shangai está reducida a una sola calle que va cambiando de aspecto con el paso de los años, aunque la fotografía es magnífica al alternar las gamas de colores dependiendo de cada historia. El director usa los tonos verdes para desarrollar su primer capítulo: el ascenso de Mo como estrella cinematográfica. Quizá podamos ver en esta elección una posible metáfora de la envidia, color que se suele utilizar para representar los celos y la rivalidad, y también el verde de las hojas del jazmín que pueden ser arrancadas con facilidad. Hou Yong dijo sobre esto: “La belleza del jazmín puede truncarse si alguien lo extirpa de raíz”.
El rojo le sirve al director para contextualizar la segunda historia en los años cincuenta con el triunfo del comunismo, y las gamas azules acentúan el tercer episodio que, como la luz del cielo, trae la esperanza en una vida mejor.
Jasmine Women destila plasticidad, no olvidemos que Hou Yong, ha sido el director de fotografía de dos de los miembros más destacados de la Quinta generación: Tian Zhuangzhuang (El ladrón de caballos, y, La cometa azul) y Zhang Yimou (El camino a casa, y, Ni uno menos), y con esta película se atrevió a dar el salto a la dirección.
El reconocimiento fue inmediato al ganar el premio especial del Festival de Cine de Shangai en el año 2004.

No obstante, la ópera prima de Yong esboza demasiadas pinceladas: un drama folletinesco, un somero repaso por la historia contemporánea de China, un Shangai de decorados... que no termina de profundizar, pero está aderezada con unas magníficas interpretaciones (a Ziyi y Joan Chen se les unen Jiang Wen, Liu Ye y Lu Yi), una cuidada fotografía y una historia que, si bien nos acerca al drama amargo con tintes crueles, también nos habla de conceptos como la superación, los sueños frustrados y la dificultad de ser madre.
Jasmine Women es la historia de tres heroínas que si se unen sus nombres forman la palabra jazmín (Mo, Li y Hua), y como Hou Yong nos remarca con su historia , el jazmín es una bella flor que vive con el temor de ser arrancada y no florecer nunca más. Ese era y es, a la postre, uno de los temores con los que ha convivido y convive la mujer china.

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