lunes, 31 de mayo de 2010

The Pye-dog de Derek Kwok: el extraordinario encuentro de dos seres solitarios



















Dentro del noir hongkonés el nombre de Derek Kwok se alza como uno de los directores que con mayor intimismo y poesía maneja el género. Este joven cineasta nos sorprende con sus dramas, con trasfondo de tríadas, que enlazan con historias reales que a su vez se matizan con elementos mágicos que se enfrentan con la crudeza de la realidad.
Ya lo dejó patente con su sólida e interesante película (The moss, véase http://hongkongpasion.blogspot.com/2009/06/moss-de-derek-kwok-habia-una-vez-un.html) y unos años antes ya nos dejó muestra de su buen hacer con The Pye-dog.
La obra de Kwok la podemos denominar, cuánto menos, como sobrecogedora. Su fascinante mezcla de drama, triada y romance nos presenta a unos personajes atípicos que se empeñan en buscar un camino, convencional para unos, pero negado para ellos.
Derek Kwok pone el acento en el lado más emocional e intimista, filma sus historias con gran elegancia y sutileza, y sobre todo, redefine el thriller de la excolonia bajo sus coordenadas más personales.



En The Pye-dog un niño se niega a hablar al no entender el mundo que le rodea, con un padre que le ha abandonado y una madre que toma la decisión de volar, como los aviones de papel, y se lanza al vacío desde la azote de su casa.


Al mismo tiempo, Diu es un recadero de la tríada que no conoce más familia que su mentor, un jefecillo de una banda, que paulatinamente le introduce en el ambiente de la delincuencia.
Ambos conocen lo que es la soledad, ambos sobreviven en un mundo que no comprenden.

En algún momento de sus existencias sus vidas se unirán por causa del azar. A Diu (un Eason Chan en estado de gracia) le encargarán infiltrarse en un colegio para secuestrar al hijo de un jefe tailandés de una banda rival. En su trabajo como conserje conocerá a un chico que ha decidido no hablar, entre ellos se creará un vínculo a medio camino entre la fraternidad y la amistad, que complemente esa parte de soledad con la que conviven.
Como tercer vértice del triángulo aparecerá en sus vidas la joven maestra Wang, consolidando la ilusión de llevar una vida normal, y llena de sentimientos, en un corto período de sus vidas.

Este drama que se zambulle en el noir toca con sutileza sus convencionalismos. No hay tiros en exceso, aunque en la escena final del tiovivo la escenografía y la tensión alcance un clima propio de los grandes thrillers, tampoco hay lucha a machetazos, ni derramamiento de sangre, porque la poesía impera al mecer la historia entre momentos íntimos y escenarios estéticos.

Una especie de realismo mágico que rodea a los protagonistas de felicidad. Felicidad para el niño porque olvida su orfandad, y felicidad para la joven pareja protagonistas porque son capaces de encontrar unos principios éticos que habían tenido olvidados.

Kwok trabaja a conciencia con la simbología de los objetos, se recrea en la estética sin que se pierda el ritmo y el tono de la película.

Sus protagonistas se van dando cuenta que son almas gemelas que coexisten en un escenario artificial. Ese escenario, el teatrillo que tiene que construir Diu para la fiesta de navidad, se convierte en un paraíso donde es posible soñar, allí parece que el tiempo se congela. Pero esa ilusión tan sólo dura un día. A la mañana siguiente ese escenario aparece destruído.
La “familia ficticia” pone la luz en los rostros de los otros, ponen la esperanza en sus vidas, así lo dice la letra de la canción que el pequeño consigue cantar al final de la película. La lluvia hace que las flores crezcan, la luz da esperanza para seguir y continuar. Poe eso el chico decide hablar.

The Pye-dog es una película tremendamente estética donde el cuento se fusiona con la realidad más descarnada, y los sentimientos redefinen el cine negro. Kwow continua la afortunada estela del thriller intimista que en su día abrió Wilson Yip con su mágica etapa compuesta por Juliet in love, Bullets over the summer (http://hongkongpasion.blogspot.com/2007/10/wilson-yip-un-viaje-travs-de-los.html), o James Yuen con Crazy N´the city.( http://hongkongpasion.blogspot.com/search/label/crazy%20N%C2%B4the%20city%20de%20James%20Yuen) Esperemos que esta vía siga trayendo obras tan interesantes como ésta.

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