Antes de lanzarse al mundo de la dirección, el nombre de Nelson Yu siempre ha estado ligado con el director chino de la denominada sexta generación Jia Zhang-Ke. Las películas de Zhing-Ke siempre han contado con la soberbia fotografía de Yu dejando patente su colorido su y particular plasticidad
Yu nació en Hong Kong pero cursó estudios en Europa donde se graduó en la licenciatura de cinematografía por el Instituto Nacional Superior de las Artes y el Espectáculo, situado en Bélgica. De vuelta a China, y tras asentarse en las producciones de Jia Zhang-Ke, decidió escribir sus propias historias y dirigirlas. Tras moverse a gusto en el semi-documental, y centrarse en un drama con tintes de cine independiente, en Plastic City ha querido reunir el cine de arte y ensayo con los convencionalismos del cine negro.
Su mente cosmopolita se ha traslado a esta historia ubicada en Brasil, que ha sido coproducida por varios países europeos, que cuenta con un casting internacional encabezado por el versátil Anthony Wong. El arte y ensayo se mezcla con una estupenda fotografía, con una historia de mafias y corrupción, con rítmos latinos, con elementos oníricos, inclusive con una estética viodeoclipera …demasiados elementos para que no desvíe nuestro foco de atención y desarrolle varios flancos pocos definidos.
Yu nació en Hong Kong pero cursó estudios en Europa donde se graduó en la licenciatura de cinematografía por el Instituto Nacional Superior de las Artes y el Espectáculo, situado en Bélgica. De vuelta a China, y tras asentarse en las producciones de Jia Zhang-Ke, decidió escribir sus propias historias y dirigirlas. Tras moverse a gusto en el semi-documental, y centrarse en un drama con tintes de cine independiente, en Plastic City ha querido reunir el cine de arte y ensayo con los convencionalismos del cine negro.
Su mente cosmopolita se ha traslado a esta historia ubicada en Brasil, que ha sido coproducida por varios países europeos, que cuenta con un casting internacional encabezado por el versátil Anthony Wong. El arte y ensayo se mezcla con una estupenda fotografía, con una historia de mafias y corrupción, con rítmos latinos, con elementos oníricos, inclusive con una estética viodeoclipera …demasiados elementos para que no desvíe nuestro foco de atención y desarrolle varios flancos pocos definidos.
El título Plastic City hace alusión al imperio construido por un inmigrante chino y su hijo adoptado de origen japonés, sobre el mercado de la piratería y la venta ambulante en el lejano Brasil. Objetos de “plástico” que emulan a los originales y que generan unas ganancias propias de un Imperio. En el barrio brasileño denominado Liberdade, ninguna mafia le hace sombra, pero la bonanza se termina al aparecer en juego nuevas potencias chinas en el mercado negro y políticos corruptos.
Y a partir de ese momento momento la película comienza a narrar, con sus toques líricos y plásticos, el declive de un magnate de la piratería.
Y a partir de ese momento momento la película comienza a narrar, con sus toques líricos y plásticos, el declive de un magnate de la piratería.
Plastic city puede ser analizada desde demasiados puntos de vista, y es ahí donde radican sus flaquezas. Por un lado no podemos poner ninguna pega a la magnífica fotografía de Yu, pero ¿puede la plasticidad compensar los defectos de la película? Si bien es cierto que la mirada de Nelson Yu, a medio camino entre lo onírico y el matiz futurista, se sumerge en los verdes profundos y los rojos brillantes, no introducen en una ciudad con unos personajes a priori contundentes, según nos vamos adentrando en la historia observamos cómo estos se nos muestran, aún a pesar de la fuerza de su imperio, frágiles y desorientados.
Por otro lado el análisis de esos personajes (Yuda y su hijo Kirin) están insertos en una lucha de poder, pero no adquieren la garra necesaría para entender, o simplemente exponer, su venganza. Aún a pesar de mostrar los dos palos de su imperio de plástico: el lado práctico y cabal en los negocios de Yuda (Anthony Wong), y el lado más idealista de Kirin, que nos sorprende con afirmaciones como: "es posible la amistad en los negocios", sus esfuerzos por llegar hasta la venganza se consumen entre poses convencionales y estética videoclipera que ahogan sus intenciones.
La violencia que desarrolla Yu está cercana al videoclip y al pseudo-gore pero también tiene intenciones del cine de arte y ensayo. En la “construida” lucha entre bandas el propio director nos comenta: “…he introducido elementos clásicos del cine de género como la lucha de espadas en esta historia del fin de la piratería de un Imperio…”. Visualmente adquiere cotas muy plásticas, y el particular lirismo de Yu invade toda la cinta, pero el guión y la imagen no llegan a casar. Las escenas finales en la selva, definida como la encrucijada donde el magnate chino y su hijo intentan empezar de cero, se confunden con la realidad y el ensueño.
Pero tanto lirismo, tanto afán cosmopolita, tanta naturaleza globalizadora, ¿no puede responder a un intención festivalera por parte del director?, y lanzo otro interrogante ¿Podemos considerar a Plastic city un videoclip con pretensiones de arte y ensaño?
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