domingo, 24 de octubre de 2010

The longest nite de Partick Yau: “…nunca seas demasiado astuto…”








Aún a pesar de la corta filmografía de Patrick Yau, ligado con la Milkway la productora de Johnnie To, en sus películas podemos apreciar una conjunción perfecta entre ritmo y acción, así como una transición muy interesante entre los postulados que aprendió cuando trabaja a las órdenes de Jonh Woo y los nuevos matices que imponía el cine de To.
Sus películas reflejan la sana intención de jugar con los argumentos, de imbuir al espectador de corrientes novedosas, así como trabajar con historias crudas teñidas de fatalismo y pesimismo.
Si en su primera cinta, Odd one dies (1997) se adentraba en un pseudothriller romántico a través de una historia de perdedores en el Hong Kong de los bajos fondo antes de la devolución a China, en Longest Nite sus personajes se ven atrapados en un Macao nocturno en plena de bandas mafiosas. Y si en esta película el director nos introduce el fatalismo del destino, si bien en unos personajes corruptos y asesinos, en su siguiente película Except and unexcept (http://hongkongpasion.blogspot.com/2009/09/except-unexcepted-de-patrick-yau-nadie.html)volverá a insistir sobre el peso de fatalidad en unos policías que entre risas y profesionalidad sólo desempeñan su trabajo.
Sin lugar a dudas Patrick Yau es un referente a la hora de abordar la evolución del cine negro en la excolonia, su formación en el heroic bloodshed, junto con las idead de Johnnie To le han hecho merecer un lugar destacado en un thriller que huye de convencionalismo y se atreve con argumentos explosivos, crudos e inteligentes.


La ciudad de Macao sirve como escenario para el desarrollo de Longest nite, un thriller urbano, sin ningún tipo de concesión, donde la rudeza, la complejida y la violencia dominan toda la película.

La ciudad se nos presenta como un submundo oscuro, presidido por sus luces de neón, donde las mafias quieren repartirse el pastel de los casinos y donde las bandas se declaran la guerra. Los dos grandes epicentros se sitúan en la tríada del Señor K respetado jefe local, y en la del señor Lung que ha visto como su poder ha ido aumentando considerablemente. Pero la cúspide de la pirámide de poder no la dominan ellos sino el temido y poderoso Señor Hung preocupado por las extrañas alianzas de poder que pueden surgir entre las bandas rivales.

En un mundo como este la guerra puede estallar con un simple disparo y los personajes en los que se centra la historia acusan la decadencia propia del desgaste y la tensión. Tony Leung Chiu Wai (como siempre magnífico) interpreta a Sam un policía corrupto parte integrante de las mafias por ser uno de los hombres de confianza en la organización del señor Ka. Acostumbrado a convivir con la violencia no se inmuta cuando debe cumplir órdenes o limpiar la ciudad de asesinos a sueldos.
Como antagonista el impecable Lau Ching Wan metiéndose en la piel de Tony un personaje ambiguo y enigmático que le demuestra a Sam quién es el que verdaderamente maneja los hilos.
Como en la mayoría de las películas de la Milkway el duelo interpretativo se llena de tensión y calidad. Ambos actores engrandecen el guión acompañados por unas excelentes escenas de acción, una fotografía nocturna muy cuidada y una música compuesta por el mismísimo Raymond Wong. La escena final entre ambos puede definirse como una versión muy más sofisticada del heroic bloodshed, donde los tiros, el juego con los espejos, los tejados…adquieren un estilo más enigmático y tenso que las películas de Woo y compañía.

Patrick Yau se preocupa por añadir un componente de frialdad y realismos a su historia. A diferencia de Johnnie To no sorprende al espectador con un inicio explosivo, sino que más bien su guión parte de una típica guerra entre bandas por el domino de Macao, que se va a ir transformando paulatinamente en una historia compleja y enigmática que va a ir envolviendo a sus personajes en una serie de coincidencias – o no- en pos de su final decadente.

Longet nite demuestra que la astucia en la triada siempre es pisoteada por el poderoso, ningún sicario puede creerse con derecho a implantar su ley o su inteligencia porque al final siempre hay un Señor Hung que maneja el destino de sus subalternos, así lo dice uno de los subjefes de una de las bandas: “…nunca seas demasiado astuto” a no ser que quieras enfrentarte con tu destino.

No hay comentarios: