sábado, 18 de julio de 2009

Election de Johnnie To: ya no existen héroes









Que Johnnie To es uno de los directores más creativos, que se mueve cuándo y cómo quiere entre los límites del cine comercial y el cine de autor, es una afirmación que ya se he hecho en repetidas ocasiones desde estas páginas. Su trayectoria está ligada con rotundos éxitos de taquillas que abarcan desde comedias románticas, puro cine de acción, hasta su particular mirada sobre el cine negro que ha marcado un punto de inflexión en su historia.
La década de los noventa fueron los años propicios para que To desplegase todas sus inquietudes, tanto a nivel formal como argumental. El cine negro sufrió una redefinición de la mano de su productora Milkway, que bajo su atenta mirada, se enfrentó con la fuerte crisis que estaba sufriendo la industria cinematográfica de la todavía colonia británica.
To superó los guiones convencionales, al mismo tiempo que – a su manera- se hacía eco del sentimiento de incertidumbre y pesimismo que reinaba en Hong Kong por su inminente vuelta a China. Películas como A heroe never dies (véase entrada en este blog A hero never dies: Johnnie To y la redefinición del héroe de acción ), Running out the time, The Mission … comenzaron a poner en duda los límites del género y del espectáculo de violencia, al mismo tiempo que reflexionaban sobre su particular visión de la humanidad y del concepto la justicia.
Una redefinición del cine negro, que no revolución puesto que en To podemos hablar más de una evolución de su estilo más que de un impulso transgresor, que se desarrolló sobre todo a partir año 2000: la etapa más madura del director.
Election vino a ser la película clave de esta nueva etapa, imprescindible en la historia del cine hongkonés, que nos acerca a un Johnnie To mucho más sutil, y que desplegó con este thriller algunas de sus motivaciones más personales en torno a este género y a los habitantes de Hong Kong.



Esta austera y descarnada crónica de la tríada, que narra el enfrentamiento de dos de sus miembros por hacerse con el cetro de poder, está enmarcada en la frialdad y el escepticismo con los que To ya había trabajo en anteriores películas como P.T.U. En Election los entresijos de la lucha nos presentan a personajes individuales, que nos hacen olvidar los estereotipos del género, y conviven con su cotidianidad promovida por sus intereses personales.

En Election los héroes ya no existen (ni en el personaje de Tony Leung Kar Fai, ni mucho en de Simon Yam podemos reconocer las características del héroe), y al no ser encontrados dan paso a un realismo expositivo que disecciona, pero al mismo tiempo reflexiona, sobre el funcionamiento, y el lado más oscuro de una de las tríadas más antiguas de Hong Kong.
La acción se desentiende de coreografías pasadas y la violencia pasa a ser soterrada en vez de expositiva. Es decir, la acción en Election, y en su posterior secuela Election 2, se desarrolla más entre las negociaciones con las propias tríadas o con la policía, que entre en un festín de tiros o patadas voladoras. El ritmo, por tanto, puede parecer que se desacelera pero no por ello pierde en intensidad. Y la puesta en escena, que huye de artificios, se traduce en una austeridad narrativa consecuencia de su economía expresiva de esta última etapa.
Por otro lado Election, además de aportar una minuciosa investigación sobre el mundo interno de las tríadas, también nos aporta algunas reflexiones sobre la identidad hongkonesa y el peso de su historia. Election comienza con el choque entre el viejo y nuevo Hong Kong, esto se ve en las elecciones bienales de una tríada donde el peso de la tradición sobrevive con los nuevos tiempos y las nuevas voces dentro de la organización. To refleja que la mafia es parte de la vida, y con Election 2 que la mafia también está sumida en la era de las transformaciones.

Muchos de sus miembros (como es el caso de Jimmy interpretado por Louise Koo) entran en ella para prosperar pero cuando consiguen hacerse con un negocio solvente y alcanzan suficiente fortuna, no desean seguir en ella ¿Qué nuevo camino se les abre, si es que existe un nuevo camino para ellos? Esa misma pregunta Johnnie To se la hace para Hong Kong. Para intentar responder a este interrogante debemos situarnos en un Hong Kong después de la devolución a China. Quizá por este motivo su thriller se vuelve más áspero y duro dentro de un contexto de opresión que vive con la incertidumbre propia del desencanto ¿Se encuentra así Hong Kong? No cabe duda de que los valores hongkoneses han variado mucho, antes se sentían superiores al resto de China y ahora es el continente el que se siente superior, por tanto ¿qué pérdida de identidad está sufriendo la excolonia?
El mismo To contesta: “…los residentes en Hong Kong observan los cambios con una mezcla de preocupación, interés, miedo y confusión. En la sombra de este gigante ambiguo conocido como China se preguntan ¿qué significa ser hongkonés?..."

Johhnie T0 responde con un cine noir en donde desea mostrar los vestigios de Hong Kong, de su historia y sus tradiciones, de sus pérdidas y de sus conquistas, pero no es capaz de mostrar un final para sus personajes. Jimmy no encuentra un desenlace, ni siquiera la policía le permite salir del submundo en el que se ha metido, ni a él ni a su descendencia, por tanto ¿cuál será su futuro? To no es capaz de mostrarlo y lo único que esboza es un camino para él- y por ende para Hong Kong- a medio camino entre el feroz capitalismo y el poder de la China continental. Por tanto… ya no hay cabida para héroes sino para el realismo más descarnado.

2 comentarios:

Chris W. Gray dijo...

Johnnie To es uno de mis directores favoritos. Creo que su cine tiene esa marca de identidad, que ya estés viendo uno de sus films más comerciales deja claro quien la firma.

Lo cierto es que el mundo de To es inmenso. Y es que después de haber visto "Breaking news", lo último que uno espera es que su siguiente filme sea justo la antítesis.

Maravilloso To.

nuria dijo...

Reafirmo todas tus palabras y sobre todo subrayo esas de "Maravillo To"
Gracias por tu participación
Un saludo